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Misión Havoc ¿Podría la NASA enviar humanos a Venus?

Pese a sus infernales temperaturas y sus gases venenosos, la atmósfera superior del planeta brillante podría ser la clave

29 October 2018

La ciencia ficción popular de principios del siglo XX imaginó Venus como una especie de país de las maravillas de temperaturas agradablemente cálidas, bosques, pantanos e incluso dinosaurios. Hoy, es poco probable que Venus sea un destino de ensueño para los aspirantes a turistas espaciales. Como revelaron numerosas misiones en las últimas décadas, en lugar de ser un paraíso, el planeta es un mundo ardiente de temperaturas infernales, una atmósfera tóxica corrosiva y presiones aplastantes en la superficie. A pesar de esto, la NASA está trabajando actualmente en una misión tripulada conceptual a Venus, llamada High Altitude Venus Operational Concept (HAVOC).

Pero, ¿cómo es posible tal misión? Las temperaturas en la superficie del planeta (alrededor de 460 ° C) son de hecho más altas que Mercurio, a pesar de que Venus está a aproximadamente el doble de la distancia del sol. Estas temperaturas son superiores al punto de fusión de muchos metales, incluido el bismuto y el plomo, que incluso pueden caer como "nieve" en los picos de las montañas más altas. La superficie es un paisaje árido con vastas llanuras de roca basáltica de rasgos volcánicos y varias regiones montañosas de escala continental.

También es geológicamente joven ya que ha sufrido catastróficos eventos de repavimentación en el pasado. Tales eventos extremos son causados ??por la acumulación de calor debajo de la superficie, que eventualmente hace que se funda, libere calor y se solidifique. Sin duda, una perspectiva aterradora para los visitantes.


Flotando en la Atmósfera

Afortunadamente, la idea detrás de la nueva misión de la NASA no es llevar a la gente a la superficie inhóspita, sino usar la densa atmósfera de Venus como base para la exploración. Aún no se ha anunciado públicamente ninguna fecha real para una misión de tipo HAVOC. Esta misión es un plan a largo plazo y se basará primero en pequeñas misiones de prueba. Ahora mismo, con la tecnología actual, la misión HAVOC es imposible. El plan es utilizar aeronaves que pueden permanecer en la atmósfera superior durante períodos prolongados de tiempo.

Misión Havoc a VenusVenus pudo haber sido gemelo a la Tierra en el pasado/ Crédito: NASA/JPL

Por sorprendente que parezca, la atmósfera superior de Venus es la ubicación más parecida a la Tierra en el sistema solar. Entre altitudes de 50 km y 60 km, la presión y la temperatura pueden compararse con las regiones de la atmósfera inferior de la Tierra. Para que lo entienda mejor, la presión atmosférica venusiana a 55 km es aproximadamente la presión del aire que encontraría en la cima del Monte Kilimanjaro, por eso incluso podría estar allí sin un traje. Tampoco necesitaría aislarse, ya que la temperatura varía entre 20° y 30°.

La atmósfera por encima de esta altitud también es lo suficientemente densa para proteger a los astronautas de la radiación ionizante del espacio. La mayor proximidad del sol provoca mayor radiación solar que en la Tierra, pero puede utilizarse para generar energía.

La aeronave conceptual de Havoc flotaría alrededor del planeta, siendo arrastrada por el viento. La idea es que podría llenarse eficientemente con una mezcla de gases transpirables como oxígeno y nitrógeno, proporcionando flotabilidad. Esto es posible porque el aire respirable es menos denso que la atmósfera venusiana y, como resultado, sería un gas de elevación.

La atmósfera venusiana está compuesta en un 97 por ciento de dióxido de carbono, aproximadamente un 3 por ciento de nitrógeno y cantidades mínimas de otros gases. Es bien sabido además que contiene una pizca de ácido sulfúrico, que forma densas nubes y contribuye de manera importante a su brillo visible cuando se ve desde la Tierra. De hecho, el planeta refleja alrededor del 75 por ciento de la luz que cae sobre él desde el sol. Esta capa nubosa altamente reflectante existe entre 45 km y 65 km, con una bruma de gotitas de ácido sulfúrico por debajo de unos 30 km. Por eso, cualquier diseño de aeronave Havoc debería ser resistente al efecto corrosivo de este ácido.

Por suerte ya contamos con la tecnología necesaria para superar el problema de la acidez. Varios materiales disponibles comercialmente, incluidos el teflón y varios plásticos, tienen una alta resistencia a los ácidos y podrían utilizarse para la envoltura exterior de la aeronave. Teniendo en cuenta todos estos factores, posiblemente un humano podría salir a caminar sobre una plataforma fuera de la aeronave, llevando solo su suministro de aire y vistiendo un traje de riesgo químico.


Para seguir leyendo el artículo completo (en inglés) publicado en The Conversation pinche AQUÍ.

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