Nuevos estudios basados en datos de la misión Dawn sugieren que Ceres pudo contar hace miles de millones de años con energía química suficiente para ello.
25 August 2025
Ceres se encuentra actualmente congelado, sin atmósfera y cubierto mayoritariamente de hielo. Sin embargo, la NASA hizo público esta semana que el planeta enano Ceres, el cuerpo más grande en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, podría haber tenido una vez una fuente duradera de energía química que la habría permitido sustentar vida microbiana.
Un nuevo estudio publicado en Science Advances muestra que hace aproximadamente 2,5 mil millones de años, este planeta enano pudo haber sido un ambiente potencialmente habitable, gracias a una combinación de agua salada, materia orgánica… y, crucialmente, energía química disponible para sustentar vida microbiana.
Energía disponible: Los modelos sugieren que Ceres pudo haber generado suficiente energía a partir de reacciones químicas (como la serpentinización de minerales) para sostener procesos biológicos.
Ambientes líquidos: Bajo la superficie helada, existieron reservorios de agua salobre en contacto con minerales, creando un entorno químicamente activo.
Duración de la habitabilidad: Estos entornos pudieron mantenerse durante millones de años, un tiempo significativo en términos astrobiológicos.
Evidencia actual: Aunque hoy no se puede confirmar la presencia de vida, las sales y compuestos detectados en la superficie por la misión Dawn respaldan la hipótesis de antiguos ambientes habitables.
La misión Dawn (NASA), activa entre 2015 y 2018, fue la primera en orbitar Ceres. Su instrumental permitió mapear las manchas brillantes de sal y rastrear estructuras geológicas que sugerían la presencia pasada de agua. El estudio en cuestión, liderado por Sam Courville (actualmente en Arizona State University), utilizó esos datos para construir modelos que simulan la evolución interna del planeta enano a lo largo del tiempo.
Este hallazgo no implica que hubiera vida en Ceres, pero sí plantea que, en su etapa inicial (entre 2,5 y 4 mil millones de años atrás), se albergó lo necesario para ello: agua líquida, materia prima y energía utilizable. Esto posiciona a Ceres como un mundo oceánico potencialmente habitable y refuerza la hipótesis de que otros cuerpos helados del Sistema Solar interno podrían haber tenido condiciones similares.
En Turismodeestrellas.com ya hemos explorado otros escenarios de habitabilidad extraterrestre, como en Europa o Encélado —revisa nuestro archivo sobre destinos astrobiológicos en esta hemeroteca de ciencia y espacio para ampliar tu mirada.
Mientras que la habitabilidad actual de Ceres es inviable —su agua restante está congelada o convertida en salmuera—, el estudio sugiere que Ceres no es un cuerpo muere cósmico, sino una historia activa que nos habla de procesos geológicos complejos. Futuros proyectos, como la hipotética misión GAUSS para traer muestras a Tierra, podrían resolver aún más misterios sobre incluso más mundos oceánicos pequeños.
Que Ceres poseyera la tríada necesaria para sostener vida —agua, carbono y energía— incluso por un corto lapso, reaviva nuestra esperanza de que la vida pueda surgir en lugares inesperados. Y nos recuerda que la exploración pasa por comprender cómo los mundos pequeños también pueden contar grandes historias.