Advanced Composition Explorer (ACE) es un satélite de la NASA que estudia los rayos cósmicos y ayuda a pronosticar las tormentas geomagnéticas.
02 January 2020 | Fuente: NASA
¿Se puede pronosticar el clima espacial más allá de la Tierra? ¿Cómo de importante es esto para los astronautas? La respuesta la tiene el Advanced Composition Explorer (ACE) de la NASA, un satélite que sirve para observar partículas de origen solar, interplanetario, interestelar y galáctico, abarcando un rango de energía que va desde iones de viento solar hasta núcleos de rayos cósmicos galácticos.
Con una masa de 596 kilos fue lanzado el 25 de agosto de 1997 a bordo de un Delta II y actualmente está operando en las cercanías del Punto de Lagrange L1, situado entre el Sol y la Tierra, a una distancia de unos 1,5 millones de kilómetros de esta última.
La Tierra es constantemente bombardeada con una corriente de partículas aceleradas que llegan no solo del Sol, sino también de fuentes interestelares y galácticas. El estudio de estas partículas energéticas contribuye a nuestra comprensión de la formación y evolución del sistema solar, así como de los procesos astrofísicos involucrados.
La nave espacial Advanced Composition Explorer (ACE) lleva seis sensores de alta resolución y tres instrumentos de monitoreo que muestrean partículas de baja energía de origen solar y partículas galácticas de alta energía con un poder de captura de 10 a 1000 veces mayor que los experimentos pasados y muchos de los que aún estar por venir.
Desde un punto de observación aproximadamente 1/100 de la distancia desde la Tierra hasta el Sol, ACE realiza mediciones en un amplio rango de energía y masa nuclear, bajo todas las condiciones de flujo de viento solar y durante eventos de partículas grandes y pequeñas, incluidas las erupciones solares.
ACE proporciona información sobre el viento solar casi en tiempo real durante períodos de tiempo cortos. Al informar del clima espacial, ACE puede proporcionar una advertencia anticipada (aproximadamente una hora) de las tormentas geomagnéticas que pueden sobrecargar las redes eléctricas, interrumpir las comunicaciones en la Tierra y presentar un peligro para los astronautas.
El objetivo principal de ACE es medir y comparar la composición de varias muestras de materia, incluida la corona solar, el viento solar y otras partículas interplanetarias, el medio interestelar local y la materia galáctica. Si bien ha habido un gran progreso con estos objetivos, las condiciones cambiantes del ciclo solar presentan nuevas oportunidades de investigación. Además, las nuevas observaciones y avances teóricos, las nuevas misiones y los objetivos en evolución de la NASA, han introducido nuevos desafíos, incluido el objetivo de lograr la comprensión científica necesaria para pronosticar el clima espacial en el próximos años cuando los humanos se aventuraren más allá de la magnetosfera protectora de la Tierra.