El soslticio desde el poblado minero de Santa Marta, ¡estrellas arriba y abajo!

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El soslticio desde el poblado minero de Santa Marta, ¡estrellas arriba y abajo!

Un lugar sorprendente en la provincia de Badajoz para hacer astrofotografía, conocer el patrimonio minero ¡y alucinar con las piedas fluorescentes!

Ayer fue el día del solsticio de junio. En el hemisferio norte, este solsticio es más conocido por ser el día con más horas de luz del año. En este momento el sol alcanza su máxima altura sobre el horizonte, provocando ese calor sofocante e inaugurando la ápoca en la que los telediarios recuerdan la importancia de estar hidratados: el verano. Al sur del ecuador terrestre sucede justo lo contrario, los abrigos y las bebidas calientes marcan el comienzo del invierno.

En muchos lugares del mundo se celebra el cambio de estación con ceremonias y tradiciones, en algunos casos, ancestrales, que suelen tener al Sol como protagonista, ya que la capàcidad de predecir sus ciclos ha sido vital para todas las civilizaciones.

Crédito: Turismodeestrellas.com

Desde este canal especializado en astroturismo, no podemos hacer otra cosa que descubrir para nuestros astrocuriosos lugares originales desde los que celebrar la llegada del solsticio... O simplemnente ver el cielo nocturno cualquier día del año.

En esta ocasión nos hemos superado, porque hemos estado en el poblado minero de Los Llanos, en Santa Marta de los Barros. Un lugar donde, no solo su paisaje nocturno nos ha sorprendido, sino también uno de sus secretos mejor guardados. Y es que al caer la noche  ¡sus piedras se convierten en estrellas!

Celebraciones del solsticio

Las nuevas estaciones que a lo largo de la historia, y aún en la actualidad, han ido acompañadas de festividades de diversa índole. Se debe a que la mayoría de culturas reconocen el solsticio como un período de renovación.

Por ejemplo, para los egipcios el día del solsticio estaba considerado como el inicio del nuevo año. De hecho, muchas de sus pirámides tienen una clara motivación solar y en concreto con la fecha del solsticio. Y, curiosamente, al amanecer del solsticio de verano, el Sol sale sobre Heel Stone, el gran bloque de piedra que se encuentra dentro de la avenida de Stonehenge y miles de curiosos y neodruidas se reúnen en este lugar para celebrarlo.

En el hemisferio sur, el día del solsticio de verano - que sería nuestro solsticio de invierno- se siguen celebrando ceremonias en homenaje al dios solar inca Inti en Perú o el Willkakuti en Bolivia, que en aimara significa "la vuelta del sol".

Para el pueblo mapuche, originario de Argentina y Chile, el solsticio de invierno festeja el We tripantu o Wiñol Tripantu, que significa "la nueva salida del Sol y la Luna". Se celebra cada 21 de junio y marca el inicio del año nuevo en el calendario lunar mapuche. 

Resultará muy familiar la fiesta de San Juan en España (y otros países), día en el que el fuego o el agua son los protagonistas y actúan como elementos de renovación. Éste es un claro ejemplo de adaptación de las tradiciones religiosas al transcurso de la historia, en este caso con la cristianización de un culto anterior.

Atardecer del solsticio de junio desde el poblado minero de Santa Marta/ Minas de Santa Marta 

A un nivel más cotidiano, para el equipo de Turismodeestrellas.com se está convirtiendo en una tradición ir a contemplar la puesta de sol el día del solsticio de junio, la entrada al verano en el hemisferio norte, y celebrar el cambio de ciclo con una noche de obervación de estrellas y astrofotografía. Este año hemos encontrado el entorno idóneo: El poblado minero de Santa Marta de los Barros.

El poblado minero de Santa Marta

A las afueras de la localidad de Santa Marta de los Barros, una de las más modernas de Extremadura ubicada en la Sierra Suroeste de Badajoz, encontramos un antiguo poblado minero del siglo XIX. A este pintoresco lugar no le falta nada para que nos podamos imaginar cómo era la vida cotindiana de los trabajadores que lo habitaron hasta hace a penas unas décadas: la mina, el aljibe, los molinos de mineral, la cantina, y por supuesto las viviendas de los mineros. 

Este paisaje rodeado de viñedos, y sin nada que interrumpa la vista alrededor, podría servir como plató de grabación para cualquier película de época. Pero también es un excelente escenario para hacer astrofotografía o simplemente contemplar el cielo nocturno del verano.

Una recomendación para hacer con los más pequeños es una visita al Museo de la Minería, uno de los pocos museos del mundo donde tocar no solo no está prohibido sino que se recomienda. Además, podréis probar la experiencia inmersiva, casi literalmente, deadentraros en una mina, pero sin los peligros y vicisitudes a las que los antiguos mineros debían enfrentarse, ya que esta "galería" está en el piso superior del edificio y no bajo tierra.

Crédito: Turismodeestrellas.com

Pero sin duda, lo que hace único al poblado minero de Santa Marta es: ¡su fluorescencia! Has leído bien, al caer la noche las paredes de este pueblo fantasmas cobran un resplandor muy singular si la iluminan con luz de onda corta. Esto se debe a que los mineros construían sus instalaciones y viviendas con el material sobrante de la propia mina, donde abundaba un tipo de mineral (sin mucho valor) que reacciona así a este espectro de luz, conviertiendo las ruinas del poblado en un espectáculo de colores fluorescentes que dejarían maravillado al mismísimo James Cameron.

Crédito: Turismodeestrellas.com

Mundos de Avatar a parte, además de la hermosa puesta de sol en el día del solsticio, el cielo nocturno en el poblado minero de Santa Marta es un regalo para los amantes de la astrofotografía, sobre todo en verano, cuando la Vía Láctea cruza entorno a media noche la estructura del castillete, dejando imágenes tan impresionantes como las que captó nuestro astrofotógrafo, Diego J. Casillas.

Tuvimos la suerte de descubrir este entorno de la mano de Patricia y Marta, dos apasionadas guías que, por si fuera poco, nos ofrecieron una cena de productos típicos de la zona, con queso, vino y cava de Tierra de Barro. El borche perfecto para degustar mientras mir´bamos las constelaciones. 

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