Webb detecta un agujero negro supermasivo que crece ¡demasiado rápido!

Astronomía

Webb detecta un agujero negro supermasivo que crece ¡demasiado rápido!

Un equipo internacional ha encontrado una galaxia apenas 570 millones de años después del Big Bang con un agujero negro que desafía los modelos actuales.

Cuando el Telescopio Espacial James Webb apunta a los confines del tiempo, los astrocuriosos/as sabemos que siempre trae sorpresas. Pero esta vez ha ido un paso más allá: ha descubierto una galaxia diminuta, rojiza y recién nacida, CANUCS-LRD-z8.6, cuya luz nos llega desde 570 millones de años después del Big Bang… y que alberga un agujero negro supermasivo que no debería existir tan pronto.

El hallazgo, anunciado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y publicado en Nature Communications el 19 de noviembre de 2025, está revolucionando la manera en que la ciencia entiende el nacimiento de las primeras galaxias. El motivo: el agujero negro es “sobremasivo” para el tamaño estelar de su galaxia, y además está creciendo a un ritmo frenético, mucho más rápido de lo previsto por los modelos cosmológicos.

Estos objetos extremadamente compactos y brillantes son conocidos como Little Red Dots (Pequeños Puntos Rojos), una categoría de galaxias muy jóvenes que Webb ha multiplicado en los últimos meses. Pero ninguna había mostrado un agujero negro tan desproporcionado respecto a su anfitriona.

La autora principal del estudio, Roberta Tripodi (Universidad de Liubliana e INAF Roma), lo dejó claro:

“Este descubrimiento es realmente notable. No solo observamos una galaxia tan poco después del Big Bang, sino que su agujero negro crece mucho más rápido de lo que esperaríamos en ese momento tan temprano. Esto desafía nuestra comprensión de la formación de agujeros negros y galaxias”.

El espectro desvela el misterio

Para entender qué estaba ocurriendo, el equipo analizó el espectro luminoso obtenido por Webb. Ese patrón de líneas y picos reveló:

Gas altamente ionizado, señal de que está siendo calentado y acelerado por un agujero negro activo.

Un núcleo girando rápidamente, típico de los discos de acreción.

Muy pocos elementos pesados, lo que confirma que las estrellas de la galaxia son jóvenes y aún no han producido supernovas.

Una masa del agujero negro mayor de lo esperado si se compara con la masa estelar total.

El coautor Nicholas Martis lo explica así:

“Las características espectrales proporcionadas por Webb muestran claramente un agujero negro en crecimiento. Es sobremasivo respecto a la galaxia, lo que sugiere que, en el universo primitivo, los agujeros negros pudieron crecer mucho más rápido que sus propias galaxias”.

Una posibilidad es que los agujeros negros del universo temprano se formaran por colapso directo de nubes gigantes de gas, un proceso mucho más rápido que el crecimiento por restos de estrellas masivas. Pero estas teorías aún están en discusión.

Un desafío a las teorías del cosmos temprano

El caso de CANUCS-LRD-z8.6 obliga a replantear modelos sobre cómo surgieron los primeros agujeros negros supermasivos.
Normalmente se espera que las galaxias crezcan primero y que sus agujeros negros centrales lo hagan después. Pero aquí ocurre justo lo contrario.

La astrofísica Maruša Bradac lo resume así:

“El rápido crecimiento del agujero negro plantea preguntas sobre los procesos que permitieron que aparecieran objetos tan masivos tan pronto. Esperamos hallar más galaxias como esta”.

Además, el equipo planea observaciones complementarias con ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), que permitirá estudiar el gas frío y el polvo que alimentan al agujero negro.

Un universo más salvaje de lo que pensábamos

Este hallazgo se suma a la creciente lista de descubrimientos de Webb que están forzando a reescribir capítulos enteros de la cosmología. No es la primera vez que detecta galaxias más maduras de lo esperado en épocas muy tempranas, pero este es uno de los casos más extremos: un agujero negro “adolescente” que se comporta como un adulto, demasiado grande para la época en la que lo estamos viendo.

Para quienes disfrutamos del turismo de estrellas y la divulgación del cosmos, estas noticias recuerdan lo rápido que avanza la frontera de lo conocido. Si antes Webb nos mostraba un universo joven lleno de pequeñas galaxias rojizas, ahora también empieza a revelar cómo crecieron los primeros gigantes cósmicos.