¿Vivimos dentro de un agujero negro? El hallazgo del James Webb y la teoría más radical

Astronomía

¿Vivimos dentro de un agujero negro? El hallazgo del James Webb y la teoría más radical

Más de 2/3 de las galaxias analizadas por Webb rotaban en la misma dirección ¿Significa esto que el Universo gira y que nació dentro de un agujero negro?

¿Y si nuestro Universo no fuera un espacio inmenso y aislado, sino la “cría” de otro universo mayor? ¿Y si todo lo que conocemos —galaxias, materia, tiempo y leyes físicas— hubiera germinado en el núcleo de un agujero negro gigante, como si fuéramos una cebolla cósmica contenida en otra más grande? Esta es la fascinante hipótesis que ha vuelto a primera línea gracias a un sorprendente hallazgo del James Webb Space Telescope (JWST), el observatorio más avanzado jamás construido por la humanidad.

El giro inesperado del cosmos

El 9 de febrero de 2025, un equipo internacional de astrónomos publicó los resultados del Advanced Deep Extragalactic Survey (ADES), un ambicioso programa del JWST dedicado a estudiar las galaxias más lejanas y antiguas del Universo observable. Entre sus hallazgos más insólitos, destacó uno que dejó boquiabiertos a los cosmólogos: más de dos tercios de las galaxias analizadas parecían rotar en la misma dirección.

Fuente del estudio en The Astrophysical Journal Resumen del hallazgo en NASA.gov

Según el modelo cosmológico estándar (?CDM), el Universo, a gran escala, debe ser isótropo y homogéneo, es decir, sin direcciones preferentes. Pero este patrón de giro rompe esa simetría. La única explicación coherente que algunos astrofísicos encuentran es tan radical como sugerente: el Universo nació rotando.

El renacer de una vieja hipótesis

La idea de que nuestro cosmos se originó en el interior de un agujero negro no es nueva. Fue propuesta en los años 70 por el físico Raj Kumar Pathria y ha sido refinada en las últimas dos décadas por el cosmólogo polaco Nikodem Pop?awski, uno de los máximos defensores del modelo cosmológico basado en la gravedad torsional y los rebotes cuánticos.

Según Pop?awski, los agujeros negros podrían ser portales hacia otros universos, donde las singularidades no son puntos sin sentido físico, sino puentes de transición entre un cosmos colapsado y uno naciente. El "rebote cuántico" de la materia comprimida generaría un nuevo espacio-tiempo en su interior. En palabras del propio Pop?awski:

“Los agujeros negros no destruyen la materia; la reciclan. Lo que parece un final es en realidad un principio”
Entrevista en Scientific American

Esta hipótesis, que hasta hace poco era marginal, gana atractivo con descubrimientos como el del ADES, porque un universo nacido en rotación podría explicar la dirección común de las galaxias. La rotación sería un vestigio fósil de ese nacimiento turbulento.

¿Una prisión de sombras o la puerta al multiverso?

Aceptar que vivimos dentro de un agujero negro conlleva implicaciones filosóficas y físicas abrumadoras. Para empezar, el tiempo y el espacio dentro de un agujero negro funcionan de forma radicalmente distinta. Nuestro concepto de pasado, presente y futuro sería relativo al horizonte de sucesos que nos contiene.

Pero eso no es todo. Si cada agujero negro genera un nuevo universo, entonces estamos ante una visión jerárquica del cosmos, donde los agujeros negros serían matrices cósmicas y el multiverso, una red infinita de realidades conectadas.

En otras palabras: el universo podría no ser el universo, sino solo uno de muchos. Y nuestro Big Bang, el eco de un colapso en otro plano.

¿Y ahora qué?

Los expertos insisten en que esta teoría, por muy fascinante que sea, no sustituye al modelo estándar, sino que intenta complementarlo allí donde éste no alcanza: la singularidad inicial, el origen del tiempo, la materia oscura y la conexión entre gravedad y mecánica cuántica.

Aún no hay pruebas concluyentes de que vivamos dentro de un agujero negro, pero cada nuevo hallazgo del JWST y otros observatorios refuerza la necesidad de explorar estos límites de la física.

 Los secretos que el James Webb está revelando del universo primitivo ¿Qué nos enseña esta teoría?

Que los agujeros negros no solo podrían ser tumbas estelares, sino cunas cósmicas. Que nuestro universo podría tener una “madre” en otro espacio. Y que, quizás, el misterio más profundo no sea cómo termina todo… sino cómo empieza.

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