Las ondas gravitacionales valen el Nóbel de Física 2017

Astronomía

Las ondas gravitacionales valen el Nóbel de Física 2017

La Real Academia Sueca de Ciencias otorga el galardón a Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne, por su trabajo en LIGO

La Real Academia Sueca de Ciencias ha decidido otorgar el Premio Nobel de Física 2017 a Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne "por las contribuciones decisivas al detector LIGO y la observación de las ondas gravitacionales"

Las ondas gravitacionales finalmente capturadas

El 14 de septiembre de 2015, las ondas gravitacionales del universo fueron observadas por primera vez. Las ondas, que fueron predichas por Albert Einstein hace cien años, venían de una colisión entre dos agujeros negros. Llevó 1.3 billones de años para que las ondas llegaran al detector LIGO en los EEUU.

La señal era extremadamente débil cuando llegó a la Tierra, pero ya promete ser una revolución en la astrofísica. Las ondas gravitacionales son una forma completamente nueva de observar los eventos más violentos en el espacio y de probar los límites de nuestro conocimiento.

LIGO, el Observatorio de Ondas Gravitatorias del Interferómetro Láser, es un proyecto colaborativo con más de mil investigadores de más de veinte países. Juntos, han logrado convertir en realidad una idea que tiene casi cincuenta años.

"Los galardonados con el Premio Nobel de Física 2017 han sido, con su entusiasmo y determinación, valiosísimos para el éxito de LIGO". Ha señalado el Jurado del galardón a los medios. "Los pioneros Rainer Weiss y Kip S. Thorne, junto con Barry C. Barish, el científico y líder que llevó el proyecto a su fin, se aseguraron de que cuatro décadas de esfuerzo hicieran finalmente observables las ondas gravitacionales". 

A mediados de los años setenta, Rainer Weiss ya había analizado posibles fuentes de ruido de fondo que perturbaban las mediciones, y también había diseñado un detector, un interferómetro láser, que superaría este ruido. Desde el principio, tanto Kip Thorne como Rainer Weiss estaban firmemente convencidos de que las ondas gravitatorias podían ser detectadas y producir una revolución en nuestro conocimiento del universo.

Las ondas gravitatorias se propagan a la velocidad de la luz, llenando el universo, como Albert Einstein describió en su teoría general de la relatividad. Siempre se crean cuando una masa se acelera, como cuando un patinador hace una pirueta en el hielo o un par de agujeros negros giran uno alrededor de otro. Sin embargo, Einstein estaba convencido de que nunca sería posible medirlas. El logro del proyecto LIGO fue el uso de un par de gigantescos interferómetros láser para medir un cambio miles de veces menor que un núcleo atómico, ya que la onda gravitacional pasó por la Tierra.



Hasta ahora se han utilizado para explorar el universo todo tipo de radiación electromagnética y partículas, como rayos cósmicos o neutrinos. Sin embargo, las ondas gravitacionales son un testimonio directo de las interrupciones en el espacio-tiempo en sí. Esto es algo completamente nuevo y diferente, que abre escenarios nunca vistos. Una gran cantidad de descubrimientos aguarda a aquellos que logran capturar las ondas e interpretar su mensaje.

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